Aprender un idioma para muchos es un reto y es una necesidad, pero también es un deseo que quizás en muchas ocasiones se pospuso por miedos, por falta de tiempo o incluso por dinero. Muchas academias y plataformas publican resultados rápidos y, en su publicidad, mencionan que es posible hablar inglés en 3 o 6 meses, o incluso menos. Aunque esa afirmación es posible bajo condiciones excepcionales, son promesas que en la mayoría de los casos resultan ser poco realistas y frustrantes. El proceso de aprendizaje de una lengua es complejo, requiere tiempo, disciplina, un acompañamiento pedagógico reflexivo y una comprensión profunda del proceso educativo.
Muchas personas y muchas instituciones comparan el aprendizaje de una lengua extranjera con el aprendizaje de la lengua materna, lo cual en cierta medida puede resultar razonable, pero no tiene punto de comparación. A una persona, en su lengua nativa, le tomó bastante tiempo aprenderla, quizás 11 o 12 años. Y aunque es cierto que el input comprensible es muy funcional y supremamente efectivo, un aprendizaje basado en cómo aprende un niño es un proceso muy lento.
Entonces, ¿cómo hace uno para encontrar el proceso educativo correcto? En Hachidori Education queremos ayudarte a entender por qué el aprendizaje de un idioma no es un camino relámpago, sino una travesía con estructura, esfuerzo y propósito. En este artículo te vamos a compartir una visión respaldada por la investigación en adquisición de segundas lenguas, aplicada a un enfoque investigativo y humano.
Según el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas, el aprendizaje del inglés desde un nivel A1 hasta un nivel C2 puede llegar a tomar hasta 1 200 horas. Eso, en términos de tiempo, se puede ver de varias maneras. Por ejemplo: si una persona toma una clase de 1 hora a la semana de inglés, le va a tomar entre 11 y 16 años aprender el idioma. Por eso es que el uso de plataformas como Duolingo, aunque son efectivas, toma muchísimo tiempo, porque la persona dedica poco tiempo al estudio. Para que sea realmente efectivo, la persona necesita estudiar más horas.
Solo para dar una referencia: si una persona estudia 3 horas a la semana, para llegar al nivel B2 le va a tomar más o menos de 3 años y 10 meses. Si, por el contrario, quiere llegar hasta el nivel C1, le puede tomar hasta 6 años con 5 meses. Por otro lado, si una persona estudia 5 horas a la semana, todas las semanas, puede llegar hasta el nivel B2 en 2 años y 4 meses, y para llegar al nivel C1 unos 3 años y 10 meses.
¿Por qué toma tanto tiempo aprender un idioma? Porque el aprendizaje involucra no solamente comprender un texto escrito o producir ciertas palabras de manera oral. Aprender un idioma implica comprender la escritura, la lectura, la escucha y el habla, además de tener un componente fuerte en gramática para poder comunicarse de manera efectiva.
Para avanzar de un nivel a otro, el estudiante debe consolidar de manera equilibrada las cuatro habilidades lingüísticas. Dentro de esas 1 200 horas de estudio distribuidas en los diferentes niveles, cada etapa exige un número aproximado de palabras que el estudiante debe aprender, reconocer y utilizar en las cuatro destrezas, de modo que el vocabulario no solo se conozca, sino que también pueda aplicarse activamente en contextos reales.
En el nivel A1, que es el principiante, lo ideal es alcanzar una comprensión de entre 500 y 700 palabras. En el nivel A2, se aumenta la complejidad a unas 1 500 palabras. En B1, alrededor de 2 500 palabras; en B2, unas 4 000 palabras; en C1, alrededor de 8 000 palabras; y en C2, hasta 16 000 palabras.
Alcanzar un nivel C1 o C2 puede tomar bastante tiempo: incluso 11 años sin ayuda —usando únicamente aplicaciones como Duolingo u otras similares—. Con academias y profesores, ese tiempo se puede reducir drásticamente, pero aún así sigue siendo un tiempo considerable, entre 4 o 5 años con un estudio constante. Esto coincide con las estimaciones de organismos internacionales de enseñanza del inglés, y contrasta con lo que mencionan ciertas academias cuando prometen alcanzar la fluidez en 6 meses.
La fluidez no es lo mismo que comprender el idioma. Una persona se puede expresar con fluidez desde el nivel A1, pero con un vocabulario limitado. Hablar con fluidez significa expresarse según su nivel, de manera elocuente con lo que conoce, mientras que dominar el idioma es un aspecto diferente. Incluso se puede decir que hay personas nativas que no dominan completamente el idioma, aunque sí son fluidos.
No significa que no existan casos excepcionales de estudiantes que logran resultados más rápidos, especialmente si se sumergen en contextos de inmersión total. Por ejemplo: estudiar casi una jornada completa, tomar clases particulares en academias y a la vez ver películas en inglés, escuchar pódcast y consumir contenido robusto en el idioma. Sin embargo, esos escenarios son poco comunes. El mundo laboral absorbe, no hay tiempo suficiente para estudiar, y muchas veces la única manera de forzarse a aprender un idioma es pagar un tutor o pagar una academia para incentivar la motivación, la disponibilidad de tiempo y la exposición cultural.
Aprender un idioma no es fácil, como has visto, lleva tiempo. Incluso si te dedicas mucho, puede ser frustrante si no ves resultados inmediatos. Pero cada vez que logras estudiar una unidad más, cada vez que decides no rendirte y continuar, estás dando un paso más hacia el dominio.
Aprender inglés implica, además del vocabulario y la gramática, una constancia férrea: solo el estudio regular produce resultados duraderos. Es válido usar Duolingo o plataformas similares, pero la constancia es la clave. Sin constancia y sin el tiempo necesario, todo esfuerzo se pierde.
También es importante estar al tanto de la carga emocional. La inteligencia emocional juega un papel fundamental en el estudio de cualquier área. La vergüenza, la ansiedad o la baja motivación elevan el filtro afectivo y limitan el aprendizaje. Como estudiante deberías buscar profesores y profesionales que reduzcan esa carga emocional y no te hagan sentir incapaz.
La exposición real —el diálogo, el audio, la lectura, la cultura— también es vital. Algunas veces te la dará un tutor o una academia, pero también depende de ti involucrarte más en estos aspectos del idioma.
Cada alumno responde de manera distinta según su estilo y contexto. No importa si estudias de manera presencial o virtual: lo importante es la constancia y la metodología pedagógica. Una metodología no puede ser rígida, sino flexible según quién eres y las necesidades del momento. Eso es lo que en Hachidori Education buscamos: no una metodología establecida e inamovible, sino una base que se ajusta y evoluciona.
Nuestra base metodológica es el modelo Engage, Study, Activate, (ESA) típico en contextos de aprendizajes de una lengua extranjera como el inglés y es usada en muchas instituciones de renombre, pero, en nuestro caso, no es un modelo rígido. Dependiendo del contexto, lo adaptamos y lo mejoramos, porque buscamos nuevas y mejores formas de aprender un idioma.
La motivación a largo plazo también requiere logros tangibles. En Hachidori Education te ayudamos a verlos de manera perceptible: con refuerzo positivo, con cartas de recomendación de tus docentes y con evidencia clara de tu progreso.
Entonces, ¿vale la pena una academia hoy? La respuesta depende de tus necesidades. Pero si decides estudiar en una academia como Hachidori Education encontrarás:
- Un plan de aprendizaje estructurado según los niveles del MCER.
- Corrección oportuna y constructiva por parte de docentes.
- Apoyo emocional y motivación continua para evitar el estancamiento.
- Un equilibrio entre input y output.
- Docentes con certificaciones internacionales y nivel mínimo C1.
Nuestra propuesta educativa se basa en una investigación constante. Evaluamos nuestras prácticas y nos adaptamos según resultados y necesidades reales. Cada feedback que nos das es valioso. Tenemos flexibilidad metodológica, porque lo que funciona hoy puede reinventarse mañana.
También aplicamos aprendizaje contrastivo: aprovechamos la lengua materna como recurso, porque ya no eres un niño que empieza desde cero, sino un adulto que tiene un idioma como superpoder para aprender otro.
Las clases se graban y ofrecemos disponibilidad para que las repases. Además, desde el 18 de agosto, nuestros cursos tienen un precio reducido como parte de este proyecto investigativo y educativo. Sé parte de esta experiencia que no solo enseña, sino que transforma el cómo se enseña.
Como hemos visto, el aprendizaje del inglés no es mágico ni instantáneo: es un camino gradual, de constancia, exposición real, apoyo profesional y reflexión pedagógica. Las promesas de fluidez en 3 meses crean frustración; mientras que la claridad de un camino bien estructurado genera confianza y compromiso, sin importar el tiempo que tome.
En Hachidori Education queremos acompañarte en cada paso, con docentes expertos, metodologías modernas y el respaldo de una institución que cree en la educación como proceso vivo y dinámico.
Te invitamos a inscribirte en nuestros cursos disponibles desde el 18 de agosto, con tarifa reducida. Comienza hoy tu camino hacia la fluidez, con realismo, rigor y propósito.
Referencias
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Krashen, S. D. (1982). Principles and practice in second language acquisition. Pergamon Press.
Krashen, S. D. (1985). The input hypothesis: Issues and implications. Longman.
Larsen-Freeman, D. (2015). Saying what we mean: Making a case for “language acquisition” to become “language development.” Language Teaching, 48(4), 491–505. https://doi.org/[si aplica]
Murcia, J. (2024). English 1 Intro [Documento interno de Hachidori Education].